Tuyo...
Sin ceremonias
ni palabras que recuerde.
Sin palabras que amor decrete
el comienzo y el descubrimiento
que siempre fui tuyo.
Basto verte...
Y en una mirada tuya
reducir mi existencia
a un cortejo efímero
en un encuentro
que en una danza de fuego
consume una distancia
de cuyas cenizas
emerge la evidencia
de un amor correspondido.
Y lado a lado...
Termina un cortejo
en un instante
que captura una sonrisa,
y un corazón inerte
por una mirada que corta
al pasar de largo
un amor que pudo ser
y sin embargo...
nadie voltea a ver.