EL CONCILIO DE LOS 23 DEL ORÁCULO SAGRADO

Jan 22 | By Uli

 

Más después de aquél Sol negro

en el mismo día y

bajo una Luna nueva

fue nuestro concilio en medio de

aquél bacanal y aquelarre

siniestro...

 

En el jardín fastuoso,

junto al laberinto de Étheron

auténticamente etéreo

auténticamente cierto,

a la orilla de un lago

que está en medio de la isla

por la que nunca se pagó.

 

A juicio de estos eran invisibles

y llenos de poderes,

más sus pensamientos eran

a nuestros oídos como la brisa nocturna

y nuestra presencia ante ellos

era como un espacio vacío

en el que no soportaban estar.

 

Así jugaron en sus metamorfosis

monstruos burlones

que invitaron a chamanes

para devorarlos y a aprendices

de magos y brujas a quienes

pedían hechizos para salvar sus

vidas.

 

Aquelarre de brujas

buscando celosas la supremacía

de un reinado muy breve,

encuentro de magos con el

conocimiento de la magia antigua...

hijos de Janes y Jambres,

orgías absurdas de humanos...

y muertos vivientes.

 

Era una fiesta que empezó

bajo la orden de la séptima de siete

con la burla de empezarla

a la hora novena...

 

Una fiesta de cofradías

antiguas, de hermandades

de intenciones y destinos...

cuyos símbolos son llaves,

calaveras, ángeles caídos y

un número... el 666.

 

Y el padre de ellos

era como un ángel de luz

lleno de sabiduría y poder

satisfecho y realizado...

más era entre ellos

el más torpe y

lleno de frustraciones.

 

Más como un homenaje

a su hijo era la fiesta de iniciación

de seiscientos sesenta y seis

humanos muertos en vida...

 

Sus bautizos eran pactos eternos

firmados con su sangre

sobre sus propias almas

por el defecto próximo

del destello de la vanidad:

los deseos del sentir,

del tener y del ser.

 

Así conocimos sus libros:

Necrotetatrón y Omnitrón,

cuyo lenguaje es el de los

muertos y el de los

ángeles caídos y cuya lectura

es en voz baja y en voz alta...

de noche y de día...

con humanos y muertos

y con espíritus y demonios.

los cuales buscan la eternidad

y el poder de la gloria.

 

Y sin desearlo de cierto

nos dieron a saber

el secreto de sus saludos,

el código de sus miradas,

el lenguaje de sus pensamientos

el símbolo dentro

de sus joyas y tatuajes.

 

Escuchamos todos los lenguajes

del mundo, y entre ellos

aunque no conocían el lenguaje

se entendían sin dudar.

 

Y de aquí en adelante

no habrá más que tres aquelarres:

el de la asunción,

el de los cardenales

y el del Armagedón.

 

Y su destino al que van todos ellos

es la perdición eterna.

 

Más aunque sus vidas

siempre estuvieron

en nuestras manos

el Maestro no nos permitió tomarlas

y el Oráculo nos llamó a los 23

al despuntar el alba.

 

Y nos pidió no ocultarlo en códigos

ni en misterios...

porque el tiempo del fin

de todas las cosas está cerca.

 

 

 

Publicado en Facebook, el Sábado 15 de Julio de 2017, a las 4:57 h.

 

 

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